Desafíos de la educación en tiempos de COVID-19

Solucionar e ingeniar estrategias para cumplir con los objetivos educativos y la contención de los alumnos a distancia, ha sido un nuevo desafío para la educación a nivel nacional en pandemia. Sin embargo, se volvió un gran reto para las Escuelas Especiales, docentes y estudiantes en situación de discapacidad, por la implementación de las clases virtuales debido a un conjunto de factores.


Fotografía obtenida en pixabay

Según MINEDUC (Ministerio de Educación), la educación especial “es una modalidad del sistema educativo que desarrolla su acción de manera transversal en los distintos niveles educativos” y todo esto va “proveyendo un conjunto de servicios, recursos humanos, recursos técnicos, conocimientos especializados y ayudas”, para aquellos alumnos con distintas Necesidades Educativas Especiales (NEE).

De acuerdo con los Datos de la modalidad de Educación Especial en Chile, 2018 en nuestro país hay alrededor de 2.027 escuelas especiales y 5.662 establecimientos a nivel nacional que aplican el Programa de Integración Escolar (PIE). Las escuelas especiales, van variando según la necesidad de los estudiantes y poniendo a su disposición una serie de recursos de ayudas pedagógicas para lograr su objetivo educativo.


Fotografía de la fachada de la Escuela Especial obtenida por su cuenta de Facebook

La señorita Ivette Caniupán, profesora diferencial nos relató cómo ha sido adaptar las clases para sus alumnos a los que realiza clases en la Escuela Especial de la comuna de Santa María, Región de Valparaíso. Ella nos cuenta, “debido al escenario actual, tuvimos que implementar estrategias distintas a las propuestas del Ministerio de Educación, ya que, las que realizamos resultaron ser actualizadas según la necesidad de nuestros los alumnos”.

Para la docente es relevante la planificación y gestión para lograr sus objetivos educativos, ya que, ella dice “el 100% de mis estudiantes tiene déficit cognitivo asociado a otros entre comillas déficits”, por ello es importante hacer ajustes según lo que el alumno requiera.  “Es importante la planificación de cada clase, creo que los docentes debiéramos tener al menos el 50% para ello y 50% para ejecutar las clases”.

También agrega, “ha sido todo un desafío verificar que los chiquillos incorporaron el aprendizaje, ya que, tuve que implementar estrategias afines con ellos ”, por las variadas necesidades que sus alumnos requieren. Además, agrega “influyó la llegada tardía de tablets y chips para los estudiantes a la escuela, aquello produjo que solo unos pocos pudiesen asistir a las clases virtuales e implementar guías para ellos”.


Fotografía brindada por Ivette Caniupán

Al momento que se les informó a estos profesores que debían implementar, la mayoría tuvieron la necesidad de analizar y estudiar de qué trataba, para así aplicar metodologías que permitiera motivar y que pudiesen comprender los contenidos los estudiantes. Además, de trabajar en conjunto con las familias de cada alumno para que estos mantengan el vínculo con el establecimiento como también, que reciban apoyo de sus familiares en su enseñanza.

O sea, en el contexto de la crisis sanitaria la labor de los docentes no solo se ha enfocado en primar las competencias según la planificación de cada asignatura, la elaboración de las clases en el formato virtual y material apropiado para ello. Sino que, poder brindar contención tanto a los alumnos como a sus familias, ya que, independientemente de la distancia por la virtualidad este escenario los invita a poner en práctica de los valores empáticos.

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